Se cierra el año con una mala señal para el diálogo
social y nos plantea un nuevo desafío para
2013, en tanto que aspiramos a estrenar el decreto
1092 de 2012, para ejercer la negociación
colectiva en favor de los empleados públicos y
el Ministerio de Trabajo debe tener la autoridad
suficiente para liderar este proceso y como autoridad
administrativa laboral ser garante de este
derecho.
Una de las tareas prioritarias que debemos emprender
es superar las propias restricciones que
tiene el decreto respecto de las condiciones de
trabajo, como ampliación de las plantas de personal,
para la formalización de los empleos y las
propias de la carrera administrativa, así como la
segunda instancia de negociación, que encarna
una mediación sin carácter vinculante insípida,
que sirve de tránsito a soluciones unilaterales
que desvirtúan la negociación cayendo en el derecho
de petición.
Así mismo y porque algunos inspectores del Ministerio
de Trabajo lo han venido diciendo, se
debe resolver si tienen o no competencia para
hacer cumplir los acuerdos laborales que surjan
del decreto 1092 de 12 como por ejemplo en el
INPEC viene sucediendo, evitaríamos que la negociación
colectiva en el sector público se convierta
en un canto a la bandera.
El pliego unificado de las centrales y federaciones
y sector público que nos convoca en los primeros
días de 2013, señalará el rumbo que puedan
tomar en el nivel territorial los pliegos en
departamentos y municipios.
Así mientras el neoliberalismo avanza con la
reforma tributaria y amenaza con otra reforma
pensional que está en camino, en Bogotá se libra
una batalla en la que todos los órganos de
control y algunos medios de comunicación han
salido como nunca a prejuzgar presumiendo la
mala fe y condenando el modelo de Basuras Cero
en cabeza de un operador público del servicio de
aseo, mientras guardan silencio ante el sabotaje
de los operadores privados. Al menos la Contraloría
General evidenció que el modelo anterior
abusaba de las tarifas en detrimento de la ciudadanía
Bogotana. Nuestra apuesta es solidaria
con la Bogotá Humana que controvierte el modelo
neoliberal que privatizó los servicios públicos
de aseo y energía eléctrica convirtiéndolos
en mercancía.
El 2012 llega a su fin y nuestra lucha continúa,
la CGT pese a la mezquindad, persecución, difamaciones
y columnas contra su insigne líder
Julio Roberto Gómez Esguerra, avanza y crece
en membresía y prestigio; con ella Utradec, hoy
por hoy la más importante de las federaciones
de sindicatos y trabajadores del sector público
colombiano.
Utradec llega así a la edad de Jesucristo y 33 años
de lucha nos exigen gran responsabilidad y lealtad
con los servidores públicos de nuestro país,
a propósito felicitamos a John Jairo Díaz Gaviria
nacido en Utradec, presidente de la Confederación
Democrática de Pensionados (CDP) fundada
el pasado mes de noviembre.