Cansado y todavía un poco resfriado, luego de tres horas a la intemperie en el frío de la plaza de San Pedro en el que mantuvo un intenso encuentro con 30 mil fieles, el Papa Francisco debió cancelar el encuentro tras la audiencia general que estaba programado con el cardenal arzobispo de Milán, Angelo Scola, y los dirigentes de la Expo 2015 que iban a invitarlo a visitar la capital lombarda. La Exposición Universal estará dedicada al medio ambiente, un tema muy vecino a las prédicas del papa argentino.
Fue un hecho imprevisto, pero el portavoz de Francisco, el padre jesuita Federico Lombardi, que dirige la Sala de Prensa vaticana, dijo que el pontífice mandó a avisar a los milaneses que lo esperaban en la monumental sala de las audiencia generales, junto a San Pedro y al reparo de la baja temperatura, que se sentía un poco cansado.
Francisco postergó el encuentro para después de las fiestas de fin de año. Era solo eso, explicó Lombardi. Cansancio porque las tres horas de la audiencia en la plaza fueron agotadoras, agregó.
El Papa, que parece en buena forma a pesar de sus casi 77 años, cumple una agenda agotadora: se levanta a las 4.30, oficia la misa todas las mañanas en la Casa Santa Marta y recibe a numerosos visitantes en el palacio apostólico.
Jorge Bergoglio, que como siempre pasó casi una hora dando vueltas a la plaza para estar cerca de los peregrinos, tuvo que cancelar la semana pasada algunas audiencias debido a un resfrío.
En la primera línea de los asistentes a la audiencia, que saludan personalmente y dialogan con el pontífice, se encontraba una delegación de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores del Estado, cuyo secretario general es el argentino Julio Fuentes. Había también líderes de México, Colombia, Brasil, Chile y Uruguay.
Los acompañaba Carlos Custer, el ex embajador argentino en la Santa Sede, amigo de Francisco, quien contó a Clarín que al Papa lo vi bien. Tiene una memoria formidable. Me dijo: recé por Gloria (la mujer de Custer) que hoy cumple años, ¿no?. Me quedé asombrado. Custer advirtió que Bergoglio parecía aún un poco resfriado. Pero no lo noté cansado, tiene una gran energía: saludó a todo el mundo en la audiencia, incluso a los enfermos, a los chicos y a unas novias que fueron a saludarlo con motivo de su matrimonio. Los sindicalistas plantearon al Papa la deteriorada situación del trabajo en los servicios públicos de la región, la represión contra los trabajadores públicos en Colombia y Guatemala, junto con la voluntad de todos de luchar por la integración latinoamericana.
Durante la audiencia, Francisco interrogó a la multitud de fieles sobre la propia fe en la resurrección de Jesús, que concluyó el tema al que ha dedicado varias catequesis. Como Cristo ha resucitado, nosotros resucitaremos. Y no es una mentira lo que digo. ¿Ustedes creen que Jesús está vivo? Como la respuesta afirmativa fue débil, el Papa argentino sonrió y les dijo. Ahh, no me creen. ¿Creen o no creen? La gente respondió con un siiii más convencido. Francisco les dijo entonces: Si piensan que Jesús está vivo, ¿cómo nos dejará morir sin resucitarnos también a nosotros. El nos espera.
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