A las 8:32 se desencadenó la tragedia ferroviaria mas grave de las últimas cinco décadas. En la estación de Once un tren que venía de Moreno no pudo frenar y se estrelló contra la cabecera del andén. 49 personas murieron y sufrieron lesiones otras 500 aproximadamente. La imágenes posteriores al accidente conmovieron a todo el país. Sin embargo, lamentablemente no es nueva la situación caótica y de extremo peligro para los usuarios de los ferrocarriles. El mal estado de los trenes y del sistema ferroviario en general es responsabilidad compartida entre TBA, que no ha hecho las inversiones necesarias a lo largo de todos estos años de concesión en los que sus márgenes de ganancia han sido excesivamente abultados, y del Gobierno Nacional que no controla que se hagan tales inversiones y que se brinde el servicio en condiciones dignas y seguras. La situación es preocupante si se tiene en cuenta que el Gobierno paga subsidios millonarios a la concesión.
Hechos como este demuestran la necesidad de poner fin al ciclo de privatizaciones iniciado en la década del 90, que ve en el transporte público de pasajeros un negocio lucrativo y no como debiera ser, un servicio eficiente para el pueblo.
Los propios trabajadores del Ferrocarril vienen denunciando desde hace tiempo las condiciones de trabajo y del estado de los trenes.
Todo ello colabora con las magras condiciones y con la inseguridad con que se viaja en nuestras redes ferroviarias.
Llamamos a la reflexión a las autoridades y a los responsables de este hecho a fin de que los trabajadores no tengamos que lamentar más tragedias evitables como la de hoy.