Emocionado pero firme en su relato, Carrica recordó quien era su madre, militante sindical de ATE y mujer militante en los años 70, ligada a la solidaridad con las presas y presos políticos. Por todo ello, los militares la pusieron en la mira y finalmente, el 18 de abril de 1977, fue secuestrada por un «grupo de tareas» y posteriormente asesinada, aunque su cuerpo jamás fue hallado.

En esta ocasión se acercaron al Juzgado  para respaldar con un abrazo o un apretón de manos a Héctor Carrica, la dirigenta de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, Nora Cortiñas, también Ana María Careaga, del Instituto Espacio para la Memoria, integrantes de la Asociación Nacional de Ex-Presos políticos, Ricardo Scalet, Nancy Ayala Lorenz, Angel Gutiérrez, compañeros del IEM, una delegación de ATE, integrada por Graciela Ríos, de la Secretaria de Formación del Consejo Directivo Nacional, Soledad Castagnola, de ATE Quilmes, militantes de ATE Morón (Hospital Posadas), Cecilia Castro, del Departamento de Derechos Humanos de ATE Capital, Marta Galante del Departamento de Género de ATE Nacional, entre otros.