La Federación de Servidores Públicos del Estado de Rio Grande do Sul (FESSERGS) realizó este miércoles 20 de mayo un debate virtual en vivo con periodistas de Brasil y Argentina, para analizar los desafíos que enfrentan los medios de comunicación en tiempos de Pandemia.
La charla virtual estuvo moderada por el presidente de la FESSERGS y secretario general adjunto de la CLATE, Sergio Arnoud, y contó con la participación de los periodistas Renato Bohusch, del diario brasileño Correio do Povo; Samantha Sassi, del equipo de Comunicación de la CLATE; y Alessandro Rodrigues, de la Central de Sindicatos Brasileños (CSB).
También estuvo presente el presidente de la Confederación de Servidores Públicos de Brasil (CSPB) y vicepresidente 1º de la CLATE, João Domingos Gomes dos Santos.
Renato Bohusch analizó las dificultades que enfrentan los periodistas brasileños y explicó que “el rol de la prensa ha sido fundamental para crear la controversia y cuestionar las actitudes del gobierno de Jair Bolsonaro”. Y añadió que “la gran mayoría de los periodistas brasileños están pudiendo decir la verdad y orientar a la población sobre la importancia del aislamiento social para enfrentar el coronavirus”.
“Bolsonaro trata de desmoralizar las noticias y desarticular la verdad, con el apoyo de su llamado ‘Gabinete del Odio’ y a través de las fake news, que ya se convirtieron en una cultura del gobierno federal. Y la prensa, pese a las dificultades, está logrando revertir esta situación”, señaló el periodista de Correio do Povo.
Por su parte, Samantha Sassi, periodista brasileña radicada en Buenos Aires, habló de las políticas adoptadas rápidamente por el Estado argentino para hacer frente a la emergencia sanitaria, medidas que contrastan visiblemente con la indiferencia e irresponsabilidad del gobierno brasileño ante la expansión del virus en el país, donde ya murieron más de 18 mil personas.
La integrante del equipo de prensa de CLATE explicó también que los medios hegemónicos de nuestra Región, que representan a los intereses de los grandes sectores económicos y empresariales, “han adoptado en todos nuestros países el discurso ‘anticuarentena’, con el argumento de que las medidas de aislamiento afectan a la economía”.
“Nuestro desafío como medios de comunicación alternativos es hacer la contrainformación a esos grandes medios, utilizando todas las herramientas a nuestra disposición. En el caso particular de la CLATE, nuestra función en este momento es visibilizar el rol de Estado y de los trabajadores del sector público, en particular los de la salud y de los servicios esenciales, que están en la primera línea enfrentando el virus y garantizando el derecho a la vida de la población”, afirmó Samantha.
A su vez, Alessandro Rodrigues, coordinador de Comunicación de la Central de Sindicatos Brasileños (CSB), señaló que “los medios de comunicación han sido atropellados y devastados por las redes sociales, que están captando la mayor parte de los recursos invertidos en comunicación, y que le sirven a la derecha internacional para implementar su estrategia comunicacional”.
“Este proceso afectó principalmente a los sindicatos, que siempre fueron atacados por los medios y siempre sufrieron una campaña cultural permanente de deconstrucción del movimiento sindical y social. Pero ahora esto ahora está afectando también a los propios medios de comunicación, que están en dificultades económicas, varios periódicos tuvieron que cerrar, periodistas fueron despedidos, otros tuvieron que aceptar reducciones de salario. En definitiva, la ‘cultura del odio’ que antes atacaba a los sindicatos, ahora también ataca a los medios de comunicación”, explicó el periodista.
Por último, el presidente de la CSPB afirmó que “la gran guerra hoy es la guerra de la información. Hoy, debido a la cantidad y la velocidad de información que circula, no hay tiempo de procesar la información que se recibe. De ahí, la gran responsabilidad que tenemos como movimiento sindical, porque somos formadores de opinión”.
En ese sentido, defendió la creación de una gran red de comunicación virtual y unitaria para los trabajadores, no solo en Brasil, sino en toda América Latina y el Caribe.