En el Día Internacional del Migrante, la CLATE reafirma su compromiso en defensa de las y los trabajadores migrantes y hace un llamado a los gobiernos ratificar e implementar los Convenios 97 y 143 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como la Convención Internacional de las Naciones Unidas sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.
El Día Internacional del Migrante fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de su Resolución 55/93 y se conmemora anualmente el 18 de diciembre. Teniendo en cuenta el número elevado y cada vez mayor de emigrantes que existe en el mundo, en este día es oportuno analizar, promover y establecer lazos y mecanismos para garantizar los derechos de las personas migrantes.
Las personas migrantes contribuyen a los Estados receptores a partir de sus capacidades, sus conocimientos y su bagaje cultural. Es por eso que la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE) resalta las contribuciones y el aporte mayúsculo de las personas migrantes a las comunidades, ya que estas promueven empleo, riqueza y diversidad cultural. La CLATE también destaca la necesidad de realizar acciones que fomenten la construcción de sociedades solidarias e inclusivas, teniendo como objetivo la protección y promoción de los derechos humanos de las personas migrantes.
Según datos publicados por las Naciones Unidas, a mediados de 2020 el número de migrantes internacionales (personas que residen en un país distinto al de nacimiento) alcanzó los 280,6 millones en todo el mundo – 48,1% de mujeres – frente a los 258 millones de 2017. Asimismo, se estima que hay 38 millones de niños, niñas y adolescentes migrantes.
Respecto a los datos de las migraciones en América del Norte: inmigrantes 58.862.159, emigrantes 4.288.552; América del Sur: inmigrantes 10.887.474, emigrantes 17.612.735; Caribe: inmigrantes 893.316, emigrantes 7.122.385 y Centroamérica: inmigrantes 2.302.001, emigrantes: 16.198.974 (DATOS ONU; DAES).
La Pandemia del Covid-19 ha afectado a la población mundial, pero con particulares consecuencias para aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, debido a la pérdida de sus empleos, muchas de las cuales se ven obligadas a estar en situación de calle. La carencia de atención médica, servicios sociales y la falta de compromiso político de muchos de los gobiernos han agravado aún más su situación de marginalidad.
Entendemos, desde la Confederación Latinoamericana y el Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE), que esta situación afecta directamente a nuestras comunidades. Las restricciones de la movilidad humana ha generado más desigualdad, xenofobia y discriminación. Es necesario tomar conciencia de la realidad que sufren las personas migrantes y sus familias, ya que muchas se ven lanzadas a sufrir tráfico y trata de personas por personas inescrupulosas.
La Pandemia del Covid-19 no puede ser un pretexto de los Estados para restringir la movilidad humana y vulnerar el derecho humano a la migración, y con ello los abusos que los mismos sufren por la violación de los derechos fundamentales.
La CLATE alza su voz en defensa de los derechos de las y los trabajadores migrantes, entendiendo que migrar es un derecho, no un delito.