El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula de Silva recibió ayer la banda presidencial de manos de una mujer negra y rodeado por representantes del pueblo, ante la negativa del mandatario saliente, Jair Bolsonaro, de hacer el traspaso del mando. Luego habló ante una Brasilia colmada por más de trescientas mil personas y apuntó a la reconciliación social cuando prometió «gobernar para 215 millones». CLATE saludó con esperanza al mandatario en esta nueva etapa.
Lula asumió ayer por la tarde su tercer mandato presidencial tras una larga recorrida por las calles de Brasilia en el clásico Rolls Royce descapotable y a pesar de las distintas amenazas que ocurridas en días anteriores en la capital del país. La ceremonia de investidura presidencial se llevó a cabo en la sede del Congreso Nacional en Brasilia y Lula estuvo acompañado por Gerardo Alckmin, ahora vicepresidente del Brasil.

“Si estamos aquí es hoy es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña y al frente democrático que formamos a lo largo de esta histórica campaña electoral. Fue la democracia la gran victoriosa en esta elección”, dijo al iniciar el discurso de inicio de su tercer mandato, exactamente 20 años después del primero, ante la presencia de 19 mandatarios internacionales y delegaciones de más de 60 países.
La ausencia de Bolsonaro, que viajó a Orlando, EE.UU. días antes de la ceremonia, abrió la puerta a una ceremonia diferente en la rampla del Palacio del Planalto: la cinta verde y amarilla fue colocada por Aline Souza, una mujer negra de 33 años, cartonera, madre, que subió junto a una delegación de varias personas, como el cacique Raoni Metuktire, un niño y un joven obrero metalúrgico, en representación de la diversidad del pueblo brasileño.

Fue desde allí que el flamante Presidente del Brasil se dirigió a la multitud reunida en Brasilia a y los millones de brasileros y brasileras que siguieron la ceremonia desde todos los rincones del país. “Mi gratitud a ustedes, que enfrentaron la violencia política antes, durante y después de la campaña electoral, que ocuparon las redes sociales, tomaron las calles bajo sol y lluvia para conquistar el único y precioso voto, que tuvieron la valentía de vestir nuestra camisa, y al mismo tiempo agitar la bandera Brasil cuando una minoría violenta y anti-democrática intentaba censurar nuestros colores y apropiarse del verde-amarillo que pertenece a todo el pueblo brasileño”, afirmó Lula.
Un discurso histórico
“Este proceso electoral también se caracterizó por un contraste entre distintas visiones del mundo: la nuestra, basada en la solidaridad y participación política y social; la otra, basada en el individualismo y la destrucción del estado en nombre de supuestas libertades individuales”, enfatizó el presidente Lula, y agregó: “La libertad que ellos pregonan es la de oprimir al vulnerable e imponer la ley del más fuerte. El nombre de eso es ‘barbarie’”.

El mandatario también se refirió a la crítica situación en la que deberá iniciar esta etapa de su nuevo Gobierno, integrado por un gabinete de 37 ministerios, de los cuales 11 estarán comandados por mujeres y con representantes de nueve partidos diferente: “Es necesario que las personas sepan cómo encontramos a este país. Vaciaron los recursos de la salud, desmantelaron la educación y la cultura. Destruyeron el medio ambiente. No dejaron recursos. Desorganizaron la gobernabilidad de la economía, del financiamiento público, el apoyo a las empresas y emprendedores. Dilapidaron a las estatales y bancos públicos. Entregaron el patrimonio nacional. Dejaron un desastre presupuestario”.
El hambre fue también protagonista de este discurso histórico: “No sería justo ni correcto pedir paciencia para quien tiene hambre. Ninguna nación se levantó sobre la miseria de su pueblo. Venimos a sacar del hambre a 33 millones de personas y a 6 millones de personas de la pobreza”. El mandatario reconoció que «debemos romper el aislamiento al que fue sometido el país. Debemos ser dueños de nuestro destino».
“Vamos a iniciar la transición energética y ecológica. Nuestra meta es alcanzar la deforestación cero en Amazonia. No es necesario tumbar ningún árbol ni invadir nuestros biomas”, expresó sobre las políticas de medio ambiente.
Y también se refirió a la violencia: “Revocaremos los decretos de acceso a armas y municiones que tanta inseguridad y mal causaron a las familias brasileñas. Brasil no quiere y no necesita armas en las manos del pueblo, necesita seguridad, libros, educación y cultura para que podamos ser un país más justo”.

Esperanza y reconstrucción
Estas fueron las palabras que utilizó el Presidente de la CLATE, Julio Fuentes, tras el discurso de Lula ayer en Brasilia. “La asunción trajo un aire freso a la Región de la América Latina y el Caribe . En su discurso de esperanza y reconstrucción, Lula demuestra una vez más que es un Presidente que describe con claridad el problema de las corrientes políticas autoritarias que invaden a la política, y que pone otra vez los problemas de nuestro pueblo en primer lugar”, expresó Fuentes, quien encabeza el Comité Ejecutivo de la CLATE.
El dirigente sindical también resaltó la voluntad del nuevo Gobierno del Brasil de devolver al pueblo un derecho esencial: 3 comidas por día para cada brasilero y cada brasilera. “El problema del hambre, de la desigualdad, así como también las cuestiones de género, la igualdad racial y los derechos humanos, son todas preocupaciones que este nuevo gobierno de Lula ha asumido con claridad. Y es por eso que saludamos con esperanza esta etapa que se abre a partir de ayer para nuestros hermanos y hermanas del Brasil”, expresó Fuentes.
Y también se refirió a la voluntad expresada por el mandatario de cuidar y proteger el medio ambiente, la casa común. “Nuestra Confederación ha asumido esta problemática como uno de sus ejes de trabajo y acción para los próximos años. Y que Lula haya hablado ayer de un modelo de desarrollo sustentable, ambiental y socialmente, planteando que no es necesario tumbar ningún árbol, es muy importante para todos los pueblos hermanos de la Región”, agregó Julio Fuentes.

Por último, el titular de la CLATE reconoció la voluntad expresada por Lula en su discurso con respecto a retomar una agenda internacional mirando a la Patria Grande: “La integración regional es una prioridad para este Presidente, quien lo marcó con claridad en su discurso. Y desde el movimiento sindical y los movimientos sociales vamos a acompañar esa voluntad y ese desafío de reconstruir una América Latina y Caribe dueños de su propio destino, con soberanía política y justicia social”, concluyó.