CLATE LOGO-v1

56 aniversario

"Mi trabajo son tus derechos"

Trabajadores y trabajadoras se movilizaron en el Día de la Lealtad

Trabajadores y trabajadoras se movilizaron hoy en el Día de la Lealtad

Convocados por más de 100 organizaciones gremiales, sociales, políticas, empresariales y de los derechos humanos, miles de mujeres y hombres se volcaron ayer a las calles y las plazas de todo el país para celebrar el Día de la Lealtad Peronista. El epicentro de la convocatoria fue la Plaza de Mayo, donde se leyó un documento bajo el lema «Unidad Nacional por la Soberanía con Justicia Social».

La masiva movilización realizada en la capital argentina, que colmó la histórica Plaza de Mayo, estuvo organizada por las distintas centrales sindicales argentinas, entre ellas la CTA Autónoma; el Frente Sindical para el Modelo Nacional; la Corriente Federal de los Trabajadores; y CTA de los argentinos. También marcharon integrantes de otras organizaciones como La Cámpora, la Corriente Nacional Martín Fierro, Unidad Popular, los trabajadores de cooperativa Fetraes y la CNCT; la Corriente Lealtad; la Corriente Descamisados, el Peronismo Militante, Colina, el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) y el Partido Piquetero, entre otras.

“La unidad nacional solo será duradera en el tiempo si se construye con el pueblo como protagonista a través de sus organizaciones y deberá asentarse esencialmente en la búsqueda del bien común por el camino de la paz hacia la conquista plena de la Justicia Social”, comienza diciendo el documento elaborado por las organizaciones que convocaron hoy a las marchas en distintas ciudades del país. Y agrega: “La Justicia Social sólo dejará de ser una declamación inalcanzable cuando hayamos recuperado en plenitud nuestra Soberanía, arrebatada desde hace tiempo por un poder fáctico corporativo que opera por encima del sistema democrático burlando la voluntad popular y frustrando sus legítimas aspiraciones”.

Entre los reclamos que plantea dicho documento, se destaca también que es necesario “restaurar el rol del Estado en el control y planificación de la economía, articulando con las organizaciones libres del pueblo las políticas necesarias para imponer la soberanía alimentaria y garantizar que ninguna familia argentina tenga que soportar una injusta e intolerable situación de pobreza, implementando de manera urgente un aumento de suma fija y asegurando un ingreso familiar de emergencia para paliar, en parte, el deterioro que provoca el incesante incremento de precios de los productos de la canasta básica”. 

Para leer el documento completo haga click aquí

El 17 de octubre en primera persona

A principios de octubre, durante el gobierno de Edelmiro J. Farrell, Juan Domingo Perón, ministro de trabajo, fue obligado a renunciar a todos los cargos públicos que ocupaba con el objetivo de desarticular su programa político. Fue detenido y trasladado a la isla Martín García. El Comité Central Confederal de la CGT declaró una huelga general a partir de la hora cero del 18 de octubre “como medida defensiva de las conquistas sociales amenazadas por la reacción de la oligarquía y el capitalismo”. 

La iniciativa sindical fue, sin embargo, desbordada por las bases, y desde la tarde del 16 de octubre los obreros empezaron a dejar sus lugares de trabajo. El 17 de  octubre de 1945, miles de trabajadores provenientes principalmente del cordón industrial del Gran Buenos Aires se acercaron a Plaza de Mayo reclamando la presencia de Perón. El gobierno debió finalmente ceder a la presión popular y el general fue trasladado a la capital. Por la noche, Perón pudo estrenar su saludo con los brazos en alto.

Sebastián Borro, un obrero que participó de la jornada aquel 17 de octubre, brindó su testimonio, que fue publicado en La Opinión Cultural el 15 de octubre de 1972. 

“El 17 de octubre de 1945 me encuentra cumpliendo tareas en un establecimiento metalúrgico ubicado en Constitución, sobre las calles Luis Sáenz Peña y Pedro Echagüe. Yo tenía entonces 24 años de edad. Mi oficio era oficial tornero mecánico… En la mañana del 17 de octubre, aproximadamente a las 9, grupos de personas venían desde Avellaneda y Lanús avanzando hacia el centro de la ciudad. Pasaron por la calle Sáenz Peña, observaron que había un taller mecánico (donde trabajaban 130 personas) se acercaron a nosotros y nos dijeron: “Muchachos hay que parar el taller, hay que salir a la calle a rescatar a Perón”…

“Las noticias que teníamos en ese momento eran que Perón estaba detenido y que todo lo que se hacía era para rescatarlo. Efectivamente, el taller paró y la gente salió a la calle. Algunos fueron a sus casas. Pero la gran mayoría siguió con los compañeros que venían del sur. Fuimos caminando hacia Plaza de Mayo y habremos llegado aproximadamente a las once y media, porque en el camino íbamos parando los diversos establecimientos de la industria metalúrgica y maderera que había por Constitución…

“Perón había aplicado leyes nuevas y otras las había ampliado: pago doble por indemnización, preaviso, pago de las ausencias por enfermedad. Eran cosas que antes no se cumplían; hasta ese momento, donde yo trabajaba, no se cumplía ninguna de esas leyes. Le voy a decir más: creo que pocos días antes de su detención, Perón había conseguido un decreto por el que se debían pagar al trabajador los días festivos: 1º de mayo, 12 de octubre, 9 de julio, etcétera. Recuerdo que uno de los patrones nos dijo entonces: vayan a cobrarle a Perón el 12 de octubre (ya estaba detenido). Después del 17 de octubre cobramos ése y muchos días más”.

“Recuerdo, sí, que era una tarde muy calurosa y la gente se descalzaba y ponía los pies en las fuentes, muchos por haber caminado tanto. Concretamente lo que yo presencié era la gente que venía del sur. Berisso, Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora. A medida que crecía la cantidad, en la Plaza de Mayo aparecían los carteles. Por primera vez yo observaba algo igual: nunca había visto una asamblea tan extraordinaria. Cuando el coronel Perón apareció en los balcones sentí temblar a la Plaza. Fue un griterío extraordinario que nos emocionó de tal manera. Todo parecía venirse abajo…

“Nos causó mucho dolor saber que lo habían detenido pero –en lo que respecta a mí y a un grupo de compañeros- sinceramente nos considerábamos impotentes, porque recién estábamos despertando, después de muchos años, en el país. Para otros –quizá- con anterioridad, pero a partir de ese 17 de octubre despierta la conciencia para nosotros. Se hace carne que al pueblo tiene que respetársele como tal, cosa que Perón proclamaba diariamente. De ahí que, si bien nos sentíamos impotentes, podíamos hacer algo: sacar a Perón de las garras de la oligarquía y colocarlo en el lugar que correspondía para que sea permanente una auténtica justicia. Es decir, ese idealismo que teníamos nunca lo habíamos vivido en el país. No creí que iba a haber tanta gente en la Plaza; lo que sí pensaba era que el agradecimiento del pueblo a Perón tenía que ser auténtico. Pero yo no conocía la reacción de la gente, hasta que la viví”.

Noticias Recientes:

Noticias Relacionadas: