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"Mi trabajo son tus derechos"

De lo que “Trata” el fallo de Marita Verón

 

17 DE DICIEMBRE 2012


Increíble. Horrendo. Bochornoso. Indignante. Son las primeras sensaciones que aparecen cuando nos enteramos de la noticia que la Cámara de Tucumán había sobreseído a la totalidad de los principales sospechosos del secuestro y desaparición forzada de Marita Verón.


Peor aún claro fue cuando escuchamos que el propio Presidente del Tribunal
expresó que no sabían “qué había pasado con Marita Verón” y que el fallo “era así porque no existían pruebas del delito de Trata”. O mucho peor cuando la actual vicepresidenta del Senado de la Nación (esposa del
propio Gobernador de la provincia de Tucumán), la senadora Beatriz Rojkes de Alperovich(FPV), dijo que “la prostitución siempre existirá”.

Primera conclusión: Unanimidad. Poder político y poder judicial en sintonía fina.
De eso se “trata” de este fallo. Del entramado existente de corporaciones y gobiernos que son socios en los negocios sobre la vida y la muerte de nuestros pueblos. Si algo logró la década infame neoliberal, fue que la (bi)partidocracia del “Sistema Político” perfeccionara sus fuentes de financiamientos estructurales a través del delito criminal teniendo como brazos ejecutores a elites de burocracias públicas que dejaron de ser “servidores públicos” junto a redes
policiales, donde “la trata” para explotación sexual y tráfico de drogas son resultantes directos. Pero el círculo virtuoso de negocios no cerraría si no hay un garante: el Poder Judicial en muchas provincias y juzgados en Argentina, justamente es el garante de la impunidad de los negociados con la vida de nuestros pueblos y en especial de nuestras mujeres. Cuando no, también socios.


Como primero fueron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, luego Martha Pelloni con el caso María Soledad en Catamarca, o las Madres del Paco, nuevamente una mujer en la República Argentina es la que lucha contra las adversidades, impunidades, prejuicios, negocios, poderes fácticos y consigue instalar en la agenda pública un problema criminal, social y humanitario: la Trata de personas en nuestro país.

Susana Trimarco, desde el dolor y la pérdida, se transformó en un símbolo del Nunca más de una sociedad que invisibiliza como sus mujeres son “capturadas” para ser explotadas sexualmente, y mantenidas en reclusión perpetua de secuestro y desaparición permanente. La “captura” sin duda no es sólo del accionar de las bandas delictivas de la
política, proxenetas y policías como sociedades anónimas, sino que de alguna manera nuestra sociedad patriarcal naturaliza este tipo de explotación, uso y violencia del cuerpo y la vida de las mujeres para satisfacción de esa perversidad humana: violar una mujer para goce instrumental del varón.

La Trata de personas, en este caso para explotación sexual, implica quizás la mayor expresión de la violencia de género imperante en nuestra sociedad como una epidemia que se propaga sin encontrar respuestas integrales. La Trata refleja las inequidades sociales societales más agudas por clase social y género en nuestro país que determinan que siendo clase social oprimida y además mujer joven, se produzca una vulnerabilidad incrementada a ser víctima de una red de trata. Esto no tiene nada de fatalidad ni de casualidad, tampoco de “libre elección y
autonomía del sujeto”, o acaso qué grados de libertad tuvo una mujer que fue capturada joven –quizás sin educación y de bajos recursos- y por toda su vida sufrirá la vejación, maltrato y violación permanente como “imposición” de vida. Eso de elección de vida, o de autonomía nada tiene. Algún día tendremos que abrir un debate agudo político, filosófico y de vida sobre la explotación sexual, aunque la “trata” trasciende este tema.

La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacionales define la trata de personas del siguiente
modo: la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la
recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u
otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de
poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción
de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que
tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación
incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras
formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la
esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos;7 La definición se encuentra en el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de
Personas, Especialmente Mujeres y Niños (también conocido como el
Protocolo contra la trata de personas), complementario a la Convención
de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional,
conocida también como la Convención de Palermo.
Si uno analiza, claramente observa que la “Trata” es un proceso
complejo y multidimensional. Sin embargo, aún hoy en la República
Argentina sólo se avanzó en la detección de víctimas y acompañamiento a
las mismas a través de algunos dispositivos y programas fragmentados en
el Estado nacional desde sus Ministerios de Seguridad y Justicia. Aunque aún la ruta de trata y tráfico de mujeres para explotación sexual en Argentina no cuenta con una estrategia integral de
prevención-sensibilización, promoción de derechos de las mujeres
potencialmente víctimas a nivel comunitario ni social ni tampoco se
cuenta con centros para víctimas de tratas ni acciones integrales de
atención psico-social para quienes retornan de experiencias traumáticas
de este tipo. Incluyendo los perfiles de problemas de salud mental y
enfermedades que prevalecen (VIH, ITS, otras). Es decir, tenemos una Ley corta, tenemos sólo dispositivos desde dependencias punitivas y áreas del Estado pero ni por asomo estamos cerca de tener una política pública de protección y cuidado que dé respuesta a un problema que implica interdependencia e integralidad de políticas en esta expresión de la violencia de género en nuestras sociedades.
Lo fundamental es de lo que “trata” este fallo finalmente. Es un mensaje lapidario y directo a toda mujer capturada por una red de trata, o a sus familiares, o una mujer que logró salirse: que a ninguna se le ocurra ir contra las redes de bandidos proxenetas-fuerzas policiales porque no sólo que lo único que tendrá por respuesta será la connivencia del aparato político del Estado sino la impunidad del poder judicial.
Lo que intenta este fallo es disciplinar y aleccionar que nadie intente
incorporar esta figura penal en nuestras vidas y sociedad porque esas
mujeres que se animen quedarán a la intemperie social. De esto se
“trata” en definitiva el fallo de Marita Verón. Obviamente que el dolor y lucha de la madre Susana Trimarco y su hija Micaela bajo ningún punto de vista está contemplado en esto. Desde la Secretaria de Género de CTA
hemos trabajado desde hace años para poner en el centro de nuestras
preocupaciones y agenda de los trabajadores la violencia de género, en
especial la trata de mujeres. Porque además necesitamos que los
trabajadores varones rompan con el colonialismo patriarcal que los
atrapa en su proceso de socialización. Así estuvimos durante el juicio
de Marita Verón acompañando a Susana Trimarco, y hemos estado en la
calle estos días de repudio e indignación.
Pero lo que no contempló este fallo, es que de la indignación,
repudio y sorpresa no van a congelarnos ni a generar desesperanza. Esta
indignación la volveremos a transformar en vida, en organización popular de las mujeres trabajadoras, del movimiento social feminista, de las madres de la lucha por vivir bien sin violencia de género.
De lo que “trata” este fallo es que respondamos con más organización, incidencia y lucha por nuestros sueños. Por terminar con esta sociedad del patriarcado y de clase, que determinan las desigualdades e
inequidades que las mujeres somos víctimas cotidianamente. Esto refuerza nuestro compromiso por la vida, y poreso de lo que “trata” este fallo es que terminemos con la “Trata” de una vez por todas. Y para eso debemos seguir luchando por una nueva sociedad y un nuevo Estado. De eso se trata.       

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