Este año, Brasil fue incluido en la «lista larga» de 40 casos pendientes de análisis por violaciones al Convenio 98 de la OIT. Sin embargo, el caso brasileño no fue incluido en la llamada «lista corta» de los 24 casos a ser analizados en la Comisión de Aplicación de Normas de la OIT en esta Conferencia.
Ante esto, las organizaciones sindicales de ese país denunciaron que «la posición defendida por el sector patronal y el gobierno brasileño en conjunto con el capital internacional para que Brasil no entre en la lista de casos de OIT de este año comprueba la estrategia de desregulación y precarización de las relaciones de trabajo en Brasil y en el mundo, estrategia que ha sido constantemente denunciada por las centrales brasileñas y confederaciones sindicales internacionales», expresaron a través de un comunicado.
Sin embargo, aclararon que la denuncia presentada por las centrales brasileñas «repercutió en la Comisión de Aplicación de Normas de la OIT y tuvo amplio apoyo de las organizaciones de trabajadores de diversos países». Además, informaron que «el caso no será archivado, como fue falsamente divulgado por la prensa brasileña, sino que será retomado en cualquiera de los órganos de control de la OIT y, de ser aprobado el proyecto de reforma laboral, se presentará una nueva denuncia en la próxima Conferencia de OIT en 2018».
«OIT en transición»
Desde Ginebra, el director de Relaciones Internacionales de la CSPB y secretario general adjunto de CLATE, Sergio Arnoud, manifestó, en su editorial titulada «OIT en transición», su preocupación por la reciente aprobación de enmiendas a algunos Convenios de la OIT.
Para el dirigente, estas enmiendas «recortan y redefinen conceptos muy valiosos relativos, por ejemplo, a los migrantes que huyen de los conflictos, o el remplazo de la expresión relativa al derecho a la educación pública de calidad por la simplificación educación de calidad, que reflejan la tendencia privatizante y reduccionista del papel del Estado», manifestó.
En ese sentido, Arnoud advirtió que la OIT, fundada sobre los pilares del tripartismo, está viviendo un «momento delicado», debido «al aumento de las presiones de los empleadores y gobiernos en el sentido de reducir el diálogo social y eliminar los derechos de los trabajadores, limitando el poder de fiscalización de los sindicatos».
Ante esto, el dirigente manifestó: «No podemos consensuar ni callar ante las amenazas presentes que ponen en riesgo un siglo de construcción política en la búsqueda de la garantía de derechos iguales y fundamentales para los trabajadores».
En ese sentido, llamó a los representantes de los trabajadores a seguir luchando para resguardar y proteger el diálogo social, «esencial para la consolidación de la vida democrática con la garantía del derecho a la búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria, sin excluidos y sin concentración de ingresos».
«La Paz Mundial necesita la OIT como instrumento regulador de las relaciones en el trabajo y de diálogo social», concluyó el dirigente de la CSPB.