-¿Existe una fragmentación sindical o hay centrales que dialogan con el gobierno y otras que no?
No sé si son centrales, son corrientes de opinión del movimiento obrero
que están a favor del gobierno. Que hay centrales en contra del gobierno no me consta. No comparto el criterio de que nosotros somos una central opositora. En todo caso, somos una central clasista, antimperialista, anticapitalista que defiende los derechos de los trabajadores desde una condición de clase y eso nos lleva a confrontar con este gobierno. No es un problema de oposición al gobierno, es un problema ideológico que tenemos.
Hay algunos sindicalistas que son buena gente, que son honestos y que creen que este gobierno es lo mejor que nos pudo haber pasado. Que este gobierno es la reivindicación de la izquierda, del peronismo
revolucionario. Y hay otros casos, como el de Andrés Rodríguez de UPCN o Gerardo Martínez. No me vas a contar que es kirchnerista porque este gobierno es revolucionario. Es porque estuvo con Menem, estuvo con la Alianza, estuvo con Duhalde y hoy está con este gobierno. Son oficialistas siempre.
-¿Esta fragmentación beneficia o perjudica a los trabajadores?
Yo creo que rompe la corporación sindical que es negocio para los dirigentes, no para los trabajadores. Es bueno que se rompan los moldes del «Unicato» y que haya la posibilidad de que los trabajadores
así como pueden elegir partidos políticos, equipos de fútbol, sexo, religión, también puedan elegir su central sindical. Tampoco nos vamos a suicidar y tener tantas centrales sindicales como partidos políticos
pero podemos pensar en la posibilidad de que haya dos o tres centrales.
Hoy creo que hay dos nada más: CGT y CTA. El resto son corrientes internas en el seno de esas dos centrales.
De hecho, lo que ha sido instituido hasta ahora no ha dado grandes resultados. Por ejemplo, en el Estado hay pluralidad sindical. ATE y UPCN son los dos signatarios de convenio. En cambio los mecánicos tienen un sólo sindicato: SMATA. Si hubiera otro sindicato tal vez se preocuparían más los dirigentes para ver como consiguen mejores cosas para la gente. Habría una suerte de emulación
-¿Cómo describiría la coincidencia actual de la CTA con Hugo Moyano?
Con Moyano tenemos una alianza de unidad en la acción. No es una alianza estratégica. Se basa en los puntos que nos llevaron a la medida conjunta que hicimos la semana pasada: impuesto a las ganancias, eliminar los topes para cobrar asignaciones familiares, 82% móvil, anulación de la
ley Antiterrorista y salario mínimo, vital y móvil de cinco mil pesos.
Ahora estamos trabajando en el tema de la ley de riesgos del trabajo.
Tenemos un acuerdo por la negativa contra la ley que presentó el
gobierno. Nosotros tenemos una ley que presentamos con la CTA pero
ellos no han dicho que estén de acuerdo con nosotros.
El lema de la ley aprobada en el 96 era bajar los costos laborales
para generar más empleo. Nosotros entendíamos que esta nueva ley debía
romper eso y debía hacerse cargo de la seguridad social y de la
prevención. En esta nueva ley esto no pasa y se acentúa aquello. Aparte
se saca la vía de la posibilidad judicial, se la cambia por la vía
administrativa. Frente a esto hay un rechazo generalizado de todos los
representantes serios del sindicalismo.
-¿Qué objetivo tiene aliarse con dirigentes que han formado parte de la Mesa de enlace?
Toda la vida los trabajadores tuvimos alianza con los sectores medios de la
sociedad. No es la primera vez. Sectores medios, que también tienen
problemas, y han sido castigados por los sectores más poderosos. Cuando
la Federación Agraria estuvo más ligada con la Mesa de Enlace nosotros
estuvimos distanciados. Ahora la Federación Agraria comienza a acercarse nuevamente a nosotros, tiene posiciones respecto al tema de la reforma
agraria, de la defensa de las retenciones, de plantear una agricultura
familiar y democrática. Una cantidad de cosas que nosotros venimos
reivindicando históricamente. Frente a eso tenemos nuevamente
acercamiento.
-¿No hay ningún costo político en esta unión?
Yo no le veo ningún costo político. Si me juntara con Biolcatti, sí. Con
los de la Mesa de Enlace, nosotros no vamos ni a la esquina. O Boudou,
el vicepresidente, sería grave desde una posición ideológica como
sostenemos nosotros. Ahora juntarnos con la Federación Agraria que tiene cierta historia va más allá que el propio Buzzi.
Fuente: Romina Blasucci; www.agenciapacourondo.com.ar