Este 8 de agosto se cumplen 138 años del natalicio de “el Caudillo del Sur”, uno de los líderes más importantes de la Revolución Mexicana y considerado por muchos como el máximo símbolo de la resistencia campesina. Fue asesinado el 10 de abril de 1919, pero su legado perdura hoy en los hombres y mujeres que luchan por sus derechos en toda Latinoamérica.

Prensa CLATE

Emiliano Zapata nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, estado Morelos (centro de México), donde se dedicó a trabajar sus tierras tras la muerte de sus padres cuando tenía 16 años. En 1909, y frente a la política agraria del dictador Porfirio Díaz, que arrebata las tierras a los campesinos para entregárselas a terratenientes y grandes compañías, Zapata comienza su incansable lucha. Primero como Presidente de la junta de defensa de las tierras de su pueblo natal y más tarde como el líder de sus hermanos campesinos.

Para 1910, cuando estalló la Revolución Mexicana, se estima que más del noventa por ciento de los campesinos carecían de tierras. Emiliano Zapata lideró el “Ejército Libertador del Sur, formado en su mayoría por indígenas y campesinos de Morelos, con el que tomó ciudades como Jojutla, Chinameca, Cuautla y Cuernavaca y selló el triunfo de los revolucionarios sobre el régimen dictatorial.

Sin embargo, cuando el líder de la Revolución,Francisco Madero, llegó al poder en 1911, Zapata le retiró su apoyo debido a que éste no llevó a cabo la devolución inmediata de las tierras a los campesinos y exigió el inmediato desarme del ejército zapatista.

En noviembre de ese mismo año, elaboró el Plan Ayala y manifestó allí la incapacidad de Madero para cumplir con los objetivos de la Revolución. Tras la caída de Madero a manos de Victoriano Huerta se impuso en todo México una feroz dictadura contrarrevolucionaria.

Pero Zapata no abandonó la lucha. Combatió a la dictadura “huertista” junto a Francisco “Pancho” Villa, el líder de los revolucionarios del norte mexicano y también junto al político Venustiano Carranza. Esa alianza entre los dos máximos líderes de la Revolución permitió que unos años más tarde cayera el dictador y Carranza asumiera el mando de la nación. Era el año 1914. Zapata volvió a exigir que el gobierno revolucionario aprobara el Plan Ayala, pero nuevamente se encontró con una negativa.

Comenzó una larga disputa entre Carranza y Zapata, que culminó años más tarde con el asesinato del líder revolucionario. Fuea manos del coronel Jesús Guajardo, quien primero se ganó la confianza de Zapata y más tarde le tendió una trampa en la hacienda de Chinameca, en Morelos. Emiliano llegó solo hasta allí y fue brutalmente acribillado por los hombres de Guajardo, quien cumplía las órdenes de Venustiano Carranza.

Hoy, A 138 años, las ideas de Zapata continúan siendo el faro de miles de campesinos mexicanos, que marcharán por las principales avenidas de Ciudad México.La marcha partirá del monumento al Ángel de la Independencia, en Paseo de la Reforma, y llegará a la Secretaria de Gobernación. Exigirán, entre otras cosas, que el capítulo agropecuario quede fuera de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).

Palabras de un revolucionario

Se ha dicho y escrito mucho sobre Emiliano Zapata, pero vale hoy recordar algunas de sus frases célebres:

«Prefiero morir de pie que vivir de rodillas”.

«Si quieres ser ave, vuela, si quieres ser gusano, arrástrate, pero no grites cuando te aplasten».

«Quiero morir siendo esclavo de los principios no de los hombres».

«La tierra es para quien la trabaja».

«Yo estoy resuelto a luchar contra todo y contra todos sin más baluarte que la confianza y el apoyo de mi pueblo».

«Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho, o por soborno, están derramando y traicionando la sangre de sus hermanos».

«La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía».

«Libertad, justicia y ley».

«Perdono al que roba y mata, pero al que traiciona nunca».

«Si no hay justicia para el gobierno, que no haya paz para el gobierno».

«La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos».